LA TRAGEDIA DEL PATRIMONIO PORTEÑO

PENOSO CATÁLOGO DE EDIFICIOS IRREPETIBLES DEMOLIDOS Y BRUTALES INTERVENCIONES QUE DEMUESTRAN QUE BUENOS AIRES NUNCA TUVO UNA POLÍTICA DE PROTECCIÓN ARQUITECTÓNICA A LA CARACTERÍSTICA PRIMORDIAL DE LA CIUDAD: SU ECLECTICISMO ARQUITECTÓNICO, PRODUCTO DE LAS INMIGRACIONES. FALLÓ EL ESTADO PARA PROTEGER Y USUFRUCTAR UN RECURSO TURISTICO, FALLARON LAS COLECTIVIDADES QUE NO PUDIERON SALVAR LOS EDIFICIOS EMBLEMATICOS DE SU PROPIA COMUNIDAD, FALLARON LOS URBANISTAS Y LEGISLADORES EN NO ESTABLECER POLIGONOS INTOCABLES Y COMO COMPENSAR A LOS PRIVADOS QUE DEFIENDEN EL LUCRO DE SU PROPIEDAD PRIVADA, FALLARON LOS GOBERNANTES EN DECISIONES DESASTROSAS, COMO DEMOLER EL PABELLON ARGENTINO, UNA ESTRUCTURA DESARMABLE.
ESTE BLOG FORMA PARTE DE UNA RED EN DEFENSA Y DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO PORTEÑO.

AUTORES: Alejandro Machado, Agustín Ilutovich y Diego Fernández de Azcárate

CONTACTO: alejmachado@gmail.com

lunes, 3 de agosto de 2015

Residencia de Luis Olivera / Bartolomé Mitre 1568

Este impresionante palacete de estilo francés existió entre aproximadamente 1880/1890 y la década de 1970 a pocos metros de la Iglesia de la Piedad y del pasaje del mismo nombre. Fue obra del ingeniero Carlos Olivera para su pariente, Luis. Se encontraba en un barrio un poco insólito, ya que era el único edificio de este tipo en la zona, con jardín delantero, y no ocupaba el terreno en todo su ancho, dejando libres las medianeras. Esta clase de casonas eran típicas de Palermo, Recoleta, Belgrano y Flores, pero no de una zona tan densa, céntrica y antigua como San Nicolás.

El edificio se destacaba por su tamaño y lo generoso de su terreno. En la zona había varias casas familiares, pero ninguna en un terreno tan amplio y con tanto espacio libre y parque alrededor. Frente a la casa Olivera se construyó el famoso Pasaje La Piedad, que aún hoy sigue en pie, con su calle interna y sus fachadas italianas.


Pero las décadas pasaron y el tranquilo barrio fue mutando y creciendo en altura y densidad. Las familias ricas como los Olivera huyeron hacia áreas más tranquilas y de mayor prestigio, aunque es difícil saber qué pasó en concreto con Luis Olivera y su familia, porque lo insólito es que la casa vivió casi cien años, llegando en total abandono a la década de 1970, como la retrató Roberto Bonifacio en su libro "Buenos Aires Demolido", que recomendamos a todos.


El arquitecto Bonifacio también nos regala una reconstrucción del plano de planta baja de este palacete, mostrando la gran escalera central que conducía al piso superior, la simetría casi total de su planta, el pasaje para carruajes que llevaba al fondo del terreno y a la cochera, y la pajarera que remataba un inmenso jardin.


Lamentablemente, y si no fuera por eso la casa Olivera no estaría en nuestro blog, luego de décadas de abandono, finalmente sus propietarios decidieron vender el terreno, la residencia fue definitivamente demolida, y en su lugar encontramos un HERMOSO y BELLÍSIMO supermercado que al menos tuvo la bondad (??) de dejar en pie los dos antiguos árboles que daban sombra a la vieja casona. Como mostramos en esta imagen actual, verán no solamente cómo el barrio perdió con la desaparición del palacio Olivera, sino lo degradado y decadente que está el entorno, con la casa vecina tapiada y abandonada, y una fea fachada con muestrario de pinturas del otro lado.


Nos despedimos de ustedes por hoy, les recomendamos una buena buscapina para evitarse la indigestión.

4 comentarios:

Martin dijo...

Luis OLIVERA PIRIZ (1830-1903), hijo de Domingo Olivera, perteneció a la familia propietaria de la "Chacra de los Remedios", actualmente Parque Avellaneda. Dueño de la estancia El Potrillo, en el partido 25 de Mayo, es considerado un pionero en la conservación de suelos por combatir la erosión plantando en 1872 cinco mil estacas de sauce llorón en suelos áridos y arenosos. Su hermano Eduardo fue fundador de la Sociedad Rural Argentina en 1866 y otro hermano suyo, Carlos, uno de los primeros ingenieros graduados en el país en 1870 fue quien diseñó la residencia de Luis Olivera donde éste vivió al menos desde 1890, año en que figura con dicho domicilio en la "Guía Postal de la Capital" de ese año. Su esposa, Dolores PIZARRO (sin datos), sobrevivió a su marido; en 1905 donó en su memoria $50.000 al Hospital Rivadavia para el mejoramiento de un pabellón que lleva el nombre de Luis Olivera. Y en 1906 cedió un terreno en la calle Provincias Unidas -actual Juan B. Alberdi- al Consejo Nacional de Educación. Aparentemente no tuvieron hijos y es muy probable que ella haya continuado viviendo en el hogar conyugal hasta su muerte. 
Recuperamos el hilo de la casa en el año 1914, en que la Guía Social Palma informa que el señor Severo PIZARRO ALMAGRO y su esposa Sara Acosta se domicilian en Bartolome Mitre 1568. También que tenían un campo en Azul, La Armonía. Y nada más. Yo averigüé que Pizarro estudió en el Colegio El Salvador y que fue abogado y hacendado. También que participó en la comisión que fundó el museo de Luján en 1918. Don Severo  llevaba el mismo apellido que Doña Dolores, la esposa de Luis Olivera (pudo haber sido su sobrino). Pero no encontré datos acerca de como accedió a vivir en dicha casa ni cuando fallecieron ambos. Pero hay un dato que permite deducir que aún vivía en 1933: ese año la Municipalidad de Azul aceptó una donación suya de valiosas obras escultóricas para el Parque Municipal Sarmiento. Hasta acá llegamos con la segunda etapa. La que sigue es muy singular.
Después de más de cincuenta años de ser una residencia familiar, en el año 1943 la casona pasó a ser ocupada por la señora Cecilia BENEDIT de Debenedetti (1897-1984): pintora, filántropa y mecenas de artistas, músicos e intelectuales, quien la alquiló por $ 450 mensuales para instalar su atelier. Allí pintaban, entre otros, Antonio Berni.  
Lo más destacado ocurriría en los siguientes 25 años.  En junio de 1945 en un salón de la planta baja Cecilia BENEDIT fundó junto a un grupo de compositores, la Editorial Argentina de Música (EAM), que se destacó por promover y editar las obras de músicos argentinos. Benedit organizaba conciertos y ayudaba a músicos y artistas que recibía en Bme. Mitre. Uno se destacó por sobre el resto. Fue el escritor polaco exiliado en Argentina Witold Gombrowicz, a quien la "Condesa" -como él la llamaba- le financió la publicación de obras que años más tarde lo harían famoso en todo el mundo.  EAM habría permanecido allí al menos hasta el año 1972, según un registro de la época. Con su desaparición probablemente también dejó de existir la casa, ya que el 23 de diciembre de 1980 a las 17:30 hs. en el marco de una causa judicial se dispuso el remate publico de "... un terreno baldío que se encuentra totalmente desocupado y con una superficie total aproximada de 1.224,52 mts2...." La base era de $ 1.105.000.000.
Más allá de su irreparable perdida me reconfortó conocer como fueron sus últimos 25 años, en donde de la mano de la "Condesa" Cecilia Benedit, esa distinguida residencia fue un ámbito de expresión cultural y artística a tono con la distinción de su arquitectura. 

Anónimo dijo...

Una canallada,habria que poner manos a la obra en ir a los medios y que difundan el crimen que se le ha echo a bs as,y se le sigue haciendo,pero si hay programas como "esta es mi villa".,habria que hacer uno tipo " este fue BUenos Aires'...triste...miembro de basta de demoler,felicitaciones por crear conciencia.

nestor dijo...

La conocí a Cecilia. Admirable mujer, mecenas y rara avis en Argentina.

Anónimo dijo...

Gracias por toda la información que nos ha brindado. Lamento profundamente la irreparable perdida arquitectónica que está sufriendo Argentina en general y Buenos Aires en particular.